Noche de insomnio y terror.
Como aún no tenía sueño encendió la televisión. Silvana estaba medio sentada, con
parte de su espalda recostada al espaldar de la cama.
Cambiaba de un canal a otro; a esa hora de la madrugada había pura anuncios.
Encontró un canal en donde estaban dando una película de terror. Dejó el control
remoto a un lado y se cruzó de brazos; la película parecía ser buena.
El film la atrapó tanto que comenzó a asustarse. Buscó el control para cambiar de canal;
lo había dejado sobre la cama, a un lado de ella, cerca de su cintura, pero no lo encontraba.
Levantó la sábana, buscó bajo la almohada, miró hacia el piso. De repente la tele saltó a
otro canal, y al siguiente, y continuó. Silvana, horrorizada, se preguntaba qué estaba
pasando, de pronto escuchó una risita entrecortada, como si alguien se tapara la boca
para que no lo escucharan reír; el sonido venía de abajo de su cama.