Wiki Terror Y Horror
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Cuenta la historia que un día David se encontraba caminado por ahí, pateando todo a su paso, desquitando su enojo por un mal día, con cualquier cosa que se le cruzara en el camino, cuando pasó cerca de un panteón, le dio una patada a lo que el creyó una cosa sin importancia, pero al ver con detalle resultó ser un cráneo. El hombre muy preocupado por su falta de respeto, levanta el cráneo, lo limpia con detalle y le habla para pedir disculpas, estableciendo un interesante monologo dirigido a la calavera. – Mira donde andas, tan lejos del panteón y rodando sin tu cuerpo, pero no te preocupes ahorita te llevo para allá-

Estando el panteón ya casi a la vuelta de la esquina no le costó trabajo llegar ahí, entrar y depositar el cráneo por una grieta que encontró en una tumba. Siguiendo la plática con la calavera le decía: 

– Por lo que veo tus familiares te han abandonado y por eso andas rodando de un lado a otro, pero te espero el día de muertos, para convidarte de la ofrenda que te ponemos en casa año con año, no te olvides ahí te espero-

Pasado el tiempo y llegado el día 2 de noviembre, a la casa de David llega una visitante y toca a la puerta, la esposa del hombre abre:

– Señora, su esposo Don David me invito a comer – dice la desconocida

– Claro, pase usted, sabe que ese día las puertas están abiertas para todo el que nos haga favor de visitarnos – responde la mujer desde dentro de su casa.

La esposa de David muy amablemente le invita a pasar, la visitante desconocida es servida con todo lo que se ha preparado para la ocasión, ella come con mucho apetito y al terminar se despide diciéndole: 

– Dígale a su esposo Don David que muchas gracias por la invitación, todo estuvo riquísimo –

La esposa de David cierra la puerta y al dar la vuelta se da cuenta que el plato de comida esta aun servido e intacto, sale corriendo y puede ver que a corta distancia la señora que había llegado a visitarlos se desvanece.

Cuando le cuenta a David lo sucedido, este le comenta la falta que había cometido al patear aquel cráneo y que le daba gusto que la dueña hubiera aceptado sus disculpas y se presentara a comer ese dia.

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