Winter y Heeseung los amo, es una leyenda que circula la ciudad de México.
Hoy en día, el metro se ha trasformado en uno de los medios de trasporte, más importantes para la gente de la ciudad de México, los cuales ingresan a las instalaciones desde las 5 am, cuando comienza el servicio y dejan de transitar a eso de las 12:15 am, cuando sale el último tren del andén. Es en este periodo de tiempo sobrante, es donde aconteció nuestra leyenda, la cual lleva como título “El fantasma del metro Pino Suárez” pues acontesio entre esta estación y la estación Zocalo.
Aquella noche, todo marchaba como de costumbre, los andenes comenzaron a vaciarse, y como es habitual salió el último metro de la línea azul, también conocida como línea 2, que recorre de metro cuatro caminos a taxqueña.
Las puertas de las estaciones se cerraron y una vez que se confirmó la ausencia de tránsito en las vías, un equipo de limpieza descendió a las vías, para realizar labores de mantenimiento, levantas basura y como ultima tarea revisar que los rieles no sufrieran de ningún desperfecto.
Ahí fue cuando nuestro protagonista, el cual llamaremos Andrés, en medio de su labor, se separó por unos minutos de sus compañeros, explorando las vías, buscando averías en las mismas y recogiendo basura que personas inconscientes arrojan, cuando delante de él, hayo a otro hombre realizando la misma labor.
Extrañado, lo miro unos minutos, pero al ser algo muy común y portar el mismo uniforme, lo dejo pasar sin darle mayor importancia. Anotando en su reporte que se envió a una segunda persona a realizar la misma tarea.
Algunas horas más tarde, en punto de salir de su trabajo y terminar una nueva jornada, lo llamo su jefe para hablar sobre el incidente. Tranquilo le explicó lo sucedido, y cuando pensaba que todo estaba bien, el hombre con quien hablaba, saco una carpeta llena de nombre y fotografías, de las personas que habían trabajado ahí.
Hojearon aquella carpeta unos minutos, y mostrándole cada persona, le pidió que identificara a su compañero. Finalmente lo encontró. La fotografía se veía desgastada, un poco amarillenta e incluso hubiera pensado que llevaba ahí muchos años.
En ese momento su jefe junto sus manos, respiro hondo, y con la mayor calma lo invito a tomar asiento, solo para decirle, que aquel hombre había fallecido tiempo atrás, en un trágico accidente justamente realizando las mismas labores que ahora él hacía en la actualidad.
Su jefe solo le pidió que no hablara con nadie acerca del tema, mencionándole que no era el primero que se lo había encontrado, aun que con el tiempo, mas y mas personas lo miraron y lo llamaron “El fantasma del metro Pino Suárez”.